Por si no os habéis dado cuenta aún, me encanta liar a la familia con planes y excursiones! Hace unos meses recorrimos rutas que hacía años que ninguno de nosotros pisaba, como el Túnel y el Cargadero de Mioño.
Así soy, una lianta!
Pues bien. A final de Agosto les propuse una excursión a dos playas cercanas a Castro. Las que más me gustan. Oriñón y Sonabia.
Saliendo de Castro en dirección Santander se encuentran estas dos maravillas.
Oriñón es una playa muy cambiante, divertida pero también un poco peligrosa. Se encuentra en la desembocadura del río Agüera, en el Mar Cantábrico. Como ya sabéis, las mareas del norte son capaces de cambiar radicalmente el paisaje en unas horas. Pues eso mismo pasa aquí. A medida que la marea baja, aparecen pequeños ríos, piscinitas, islotes de arena… un parque de atracciones natural!
Cuántas horas divertidas pasé con mis padres, tíos, hermano y primos haciendo el loco! Y luchando contra el viento…
Sonabia es sin duda mi favorita de las dos. Cuesta un poquito más llegar. Más que llegar, bajar. Esta playa nudista y salvaje está rodeada de colinas y conserva un entorno inmediato sin urbanizar. Es un pequeño oasis para amantes de la naturaleza salvaje y para surfistas. Debes tener cuidado porque no es una playa vigilada por socorristas y es un poco traicionera ya que habitualmente tiene muchas olas y una resaca importante. Parte de su encanto para mí!
Entre estas dos joyas se encuentra “La Ballena” o Punta de Sonabia, una gran roca con la forma del lomo de una gran ballena, que se adentra en el mar. Con la marea baja puedes cruzar hasta el lomo de la ballena, pero cuidado! Si te descuidas, quizás la marea alta no te deje volver ya que la unión de la ballena con la costa queda interrumpida por el mar!
Familia… la siguiente excursión ya está en la recámara! En Navidad, tenéis una cita!
Adoro este paisaje de la Costa Cantábrica. Mares vivos, montañas increíbles y acantilados sobre el mar.
Conocéis la zona? Qué os ha parecido?