Hace una semana quedé con Carlota para comer. Un japonés rico y la mejor compañía. Y para colmo, cuando nos estamos despidiendo, me dice que se ha apuntado a un curso de bordado el próximo Sábado al que no puede ir y que a ver si quiero ir yo… Pues claro! Se nota que me conoce y que sabe que me encanta cualquier curso que ayude a expresar la creatividad. A cambio, solo transmitirle los conocimientos adquiridos. Toma regalazo!
El curso, Taller de bordado acolchado y Sashiko, lo hice en Duduá. Fue impartido por Misako Mimoko. 3 horitas sin parar bordando! Desempolvé algunos puntos que aprendí en el cole y me encantó descubrir muchos otros nuevos.
Y borda que te borda se nos pasaron las 3 horas en un plís.
Gracias Carlo… tenemos pendiente una clase intensiva de bordado creativo!